Reseña | Donde desaparecen las estrellas, Mónica Baños

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Plataforma Neo · 4 Junio 2018 · Young Adult · Autoconclusivo

«A PESAR DE MI FE CIEGA EN LAS ESTRELLAS, NO CREÍA EN LOS CUENTOS DE HADAS Y TAMPOCO ESTABA SEGURA DE SI ALGUNA VEZ HABÍA CREÍDO EN ELLOS.»

Si hay algo que caracteriza al pequeño pueblo costero de Melía es la creencia popular de que las estrellas pueden influir en la vida de sus habitantes.

Allí vive Gala, una joven que pasa los días trabajando en una floristería. Todo cambiará con el regreso de Néstor, uno de sus mejores amigos de la infancia. Pero Gala ya no es la misma: una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en el último año la han vuelto solitaria y algo huraña.

Cuando se le presenta la oportunidad de trabajar para el periódico local y disipar así los malos recuerdos que la acechan, se cruza en su camino Constanza, una elegante anciana que sacará a la luz secretos de la familia de Gala teñidos de dolor, pero, sobre todo, de esperanza.

Gala deberá aprender a perdonar a los fantasmas de su pasado, mientras encuentra la manera de perdonarse a sí misma.

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Lo primero que me llamó la atención de Donde desaparecen las estrellas de Mónica Baños fue su portada, ésta irradiaba luminosidad y transmitía mucha magia, y después vino su sinopsis, cuando la leí imaginé una historia difícil, con dolorosos secretos por descubrir y el universo y las estrellas como telón de fondo. Pues bien, con unas expectativas muy favorecedoras me he encontrado con una novela cuya premisa podía haber dado mucho más juego al lector. Desde mi perspectiva he visto un argumento poco desarrollado, con muchos temas que tratar pero que no han sido cerrados de la forma más idónea, además, los personajes no han ayudado, pues no llegaban a transmitir emociones y me han dejado con ganas de conocerlos más profundamente. No obstante, no todo ha sido malo, ya que el libro también nos enseña a ver la vida con más positividad, tratando temas como la falta de un ser querido, como afrontar los errores pasados y a seguir adelante por nosotros mismos. 

Gala es una joven de diecinueve años que vive en el pequeño pueblo costero de Melía. Allí, junto a su abuelo, tanto ella como su hermana Irene han tenido una vida familiar, pues la ausencia constante de sus padres las ha dejado a ambas con un vacío que Clemente supo llenar cuando las dos niñas se fueron a vivir con él. Desde ese instante, su existencia ha sido la de una persona normal que disfrutaba de la compañía de sus amigos. Acacia, Néstor y Simón eran su mundo, una pandilla bien avenida que, a pesar de las diferencias, sabían estar unidos en todo momento. Sin embargo, el destino es caprichoso y Néstor no tendrá más remedio que marcharse lejos con sus padres. Este hecho hará que Gala se sienta perdida, además, Acacia se distanciará del grupo y no sabrá apoyar a su amiga. Solo Simón comprenderá su tristeza y melancolía, no obstante, una fatídica noche la desgracia golpeará de nuevo la vida de la muchacha, su mejor amigo, el único que permanecía a su lado ha desaparecido para siempre. Este suceso va a cambiarla totalmente, ya que su corazón se cubrirá de numerosas barreras que la protegerán del sufrimiento y la decepción. Ahora es una chica distinta, solitaria y algo esquiva que trabaja en una floristería porque no se permite dar rienda suelta a sus deseos. Definitivamente ha dejado de creer en las estrellas, el destino no es algo admisible en su día a día y solo la casualidad explica lo inesperado. 

No obstante, de la noche a la mañana su existencia volverá a verse alterada, Néstor ha vuelto a Melía, el chico que le rompió el corazón con su marcha ha regresado para recuperarla. El joven está diferente, ha recobrado sus ganas de ver cumplidos sus sueños y para ello tendrá a Gala como musa. Poco a poco ambos comprenderán que su relación solo ha estado dormida todo este tiempo. Juntos avanzarán por un difícil camino plagado de obstáculos, derribando barreras y plantándole cara al destino. Así, la presencia del chico y el haber comenzado a trabajar en el periódico local le darán la oportunidad a Gala de ir disipando los malos recuerdos y hacer las paces con sus fantasmas. Ese será el momento que se cruce en su vida Constanza, una anciana que le pedirá ayuda para solucionar un problema que la ha tenido alejada de su familia durante demasiado tiempo. Un personaje que vendrá a remover secretos dolorosos que afectan al pasado de la muchacha, una verdad que ha estado demasiado tiempo oculta y que ya es hora de que salga a la luz, pues el futuro de todos depende de ello. 

Mónica Baños nos presenta una novela donde la magia y las estrellas tiene un papel predominante. Con una prosa sencilla y con detalles muy cuidados hace de Gala la protagonista absoluta de la historia, a través de ella conoceremos los hechos que llevaron a la joven a encerrarse en sí misma para hacer frente al dolor y la pérdida de su mejor amigo. Además, será a través de sus pensamientos y escritos que podremos ver la evolución del resto de personajes y todos los acontecimientos que los conducirán en un difícil viaje hacia la verdad. Pues bien, y a pesar de todo ello, me ha sido complicado implicarme en la lectura. Como he dicho al principio, las premisas sobre las que se cimenta el libro son muy prometedoras e interesantes, no obstante, no han sido desarrolladas de manera que atrapen al lector. En él vamos a ver temas como el dolor a la pérdida de alguien cercano, la lucha por alcanzar los sueños, la decepción que puede producir sentirse herido por la persona amada la confianza y lo complicado que es otorgarla, o, incluso, lo difícil que es perdonar a los demás o a nosotros mismos. Todo esto, en mayor o menor medida, aparece a lo largo del argumento, asimismo, son puntos que se tratan muy someramente y el no profundizar en ellos hace que la trama se vuelva un tanto dispersa, es decir, he notado que a lo largo de ella se han abierto numerosos frentes, pero prácticamente ninguno ha tenido un final adecuado, una pena porque la historia tenía mucho potencial. Sin embargo, no ha sido lo único que me ha disgustado, los personajes no han transmitido al lector, las emociones y los sentimientos se han visto coartados por unos diálogos demasiado apresurados sin dar tiempo a intimar con ellos, en sus pensamientos o sus preocupaciones. Este punto ha hecho que no empatizara con ninguno, ya que a todos les ha faltado algo, ese punto que los podría hacer más reales y creíbles. Asimismo, una cuestión a destacar y que me ha encantado ha sido la ambientación, Melía ha sido retratada como una localidad de cuento donde la magia está presente en todas sus formas, un lugar que me ha resultado maravilloso y en el que cualquier cosa puede ser posible. Esto unido al tema de las estrellas y las constelaciones ha hecho que la novela sea más amena, permitiéndome encontrar partes a destacar en ella. En conclusión, una historia que, aunque no ha sido lo que yo esperaba, sí me ha permitido conocer la pluma de una nueva escritora que parece tener un futuro muy prometedor. 

Donde desaparecen las estrellas de Mónica Baños es una novela sencilla que nos mostrará a través de Gala lo difícil que es superar el sufrimiento por una pérdida, enfrentar los secretos de un pasado o perdonar a aquellos que nos hicieron daño, en definitiva, una historia de esperanza donde la magia estará presente de principio a fin.