Reseña | El reflejo del agua, Miriam Erlan

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Autopublicado · 10 Diciembre 2018 · Histórico · 1º Diario de una viajera en el tiempo

Diana es la última descendiente de su estirpe, heredera de una antigua mansión situada en Trasmoz (Aragón). La protagonista, en su regreso a la casa familiar, a se verá envuelta en una serie de acontecimientos a causa de un inesperado viaje doscientos diez años atrás en el tiempo. En plena Guerra de la Independencia contra Francia deberá salvar a sus ancestros de comienzos del siglo XIX. Un emocionante viaje en el que redescubrirá a sus antepasados que, hasta entonces, solo conocía por antiguos retratos y leyendas familiares. Samuel, un joven perteneciente a sus ascendientes, logrará despertar en ella sentimientos inesperados. 

¿Cómo afectará la transformación de los acontecimientos al presente de la protagonista?

Diana descubrirá las claves de su vida mientras reescribe la historia del pasado de su familia y la de su propia existencia.

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El reflejo del agua de Miriam Erlan es la primera parte de una saga donde la autora nos introduce de lleno en los viajes en el tiempo y la historia de España de principios del siglo XIX, en los inicios de la Guerra de la Independencia donde los españoles tuvieron que defenderse de la invasión francesa. Así, esta entrega inicial de Diario de una viajera en el tiempo va adentrándonos en la vida de Diana, una mujer que tendrá que viajar al pasado para cambiar los hechos que marcaron a su linaje para siempre, una aventura que le enseñará lo que desconocía de su familia y que le dará la oportunidad de conocer a la persona que le devuelva la ilusión a su corazón. 

Diana lleva una vida tranquila y solitaria, después de varios sucesos dramáticos todos los que componían su pequeña familia han desaparecido. Por este motivo decide trasladarse hasta la casa familiar en un pequeño pueblo de Aragón, Trasmoz puede llegar a ser su remanso de paz, el lugar que le permita olvidar y reencontrarse con la persona que fue antes de que el dolor llegar para quedarse. Así, sola con sus recuerdos volverá a la casa que fue testigo de su infancia y donde su abuela Lucía le enseñó la historia de su linaje, un sitio que una vez fue su hogar y que ahora solo acoge los ecos de un pasado que parece no querer marcharse, no obstante, también es una mansión un poco extraña pues entre sus paredes se respira cierto misticismo, una magia que llevará a la joven hasta el siglo XIX. Sin entender muy bien cómo, Diana aparecerá en 1808, doscientos diez años antes de su época, un viaje en el tiempo con muchas incógnitas, pero con un fin claro, salvar a sus antepasados de lo que puede ser un trágico final. 

De esta manera, Diana tendrá la oportunidad de conocer a las personas que eran protagonistas de las historias que le contaba su abuela. Esa gente tiene costumbres extrañas y viven en una época muy distinta a la suya, sin embargo, son su familia también y necesitan su ayuda. Justamente ese será el incentivo que la muchacha recibirá para actuar, sentirse útil y dejar de lado su solitaria existencia le harán ver que la vida es más que el dolor y la pena. Una aventura donde no solo conocerá a sus antepasados, sino que también la sumergirán en una guerra donde todos tendrán que poner de su parte para salir victoriosos. Así, Diana se verá envuelta en la Guerra de la Independencia, un hecho que marcó a España y que también le dará la oportunidad de conocer de primera mano los hechos y las personas que fueron clave en esos años. Además, no solo profundizará en lo relevante de esa época, también aprenderá a dejar de lado el pasado cuando Samuel, uno de sus ascendientes, le devuelva de nuevo las ganas de vivir, pues el joven siente por Diana algo más que un afecto fraternal, unos sentimientos que despertarán emociones dormidas en el corazón de nuestra protagonista. 

Miriam Erlan nos mete de lleno en una novela donde la historia y los viajes en el tiempo van de la mano. Con una prosa sencilla y asequible, muy bien adaptada al lector a pesar de la época en la que se sitúa la historia, consigue adentrarnos en una trama interesante que se deja leer. De esta forma estamos ante un libro narrado en primera persona, pues será la propia Diana la que nos vaya desgranando los acontecimientos en una especia de diario, no obstante, la autora también intercala partes contadas en tercera persona, quizás no lo suficientemente diferenciadas que pueden inducir a error. Asimismo, es una obra donde los datos históricos son muy importantes, algo que nos deja con mucha narración y poco diálogo, un hecho que puede entenderse al ser una novela un tanto introductoria a los hechos que se desvelarán en las siguientes partes de la saga. Sin embargo, ha sabido dar dinamismo a la historia con unos capítulos cortos que se encadenan muy bien unos con otros. En cuanto a la ambientación histórica está muy bien desarrollada y altamente documentada, se nota que la escritora ha sabido investigar sobre los acontecimientos que se vivieron en esa época exacta. Nos ofrece hechos y fechas concretas que aportan realismo a la trama, de esta forma la parte histórica está muy bien plasmada al igual que las costumbres y el entorno al que Diana tiene que acostumbrarse. Es cierto que de vez en cuando la joven choca con la manera de vivir de ese siglo, algo totalmente creíble y asumible. Otro punto a señalar son los personajes, desde mi punto de vista no son demasiados carismáticos, tanto nuestra protagonista como el resto de secundarios no muestran una personalidad enteramente desarrollada, veo que se ha pasado un poco por encima a la hora de describirlos, dejándonos con muchos interrogantes, quizás con Diana ha habido más profundidad al ser la narradora, pero el resto se han mostrado más superficiales. Esto es algo que ha repercutido en la relación entre Samuel y nuestra heroína, los datos que sabemos del chico son un poco insuficientes y podría haber dado más juego, solo espero que al ser la primera parte la autora nos ofrezca más de sus sentimientos en la continuación. Así, vemos un romance en sus inicios con poco avance, pero donde queda bien claro lo que siente él, en cuanto a la muchacha el amor parece estar en ella, pero no da muestras de ello, estamos ante unos sentimientos mucho más confusos que necesitan más tiempo. Para terminar solo me queda decir que me ha parecido una novela entretenida, quizás mucho más a partir de la mitad hacia el final pues los hechos e han ido sucediendo con más celeridad y he vito que la trama se desarrollaba hacía un desenlace más interesante, el cual ha hecho que esté mucho más interesada en la segunda parte. En definitiva, un libro donde el tema de los viajes en el tiempo ha estado muy bien estructurado, los datos históricos han sido lo más sobresaliente y en el que la trama nos avanza una historia que puede ser mucho mejor en su continuación. 

El reflejo del agua de Miriam Erlan es una novela diferente donde los viajes en el tiempo serán la clave para que una joven se traslade hasta la Guerra de la Independencia en España para llevar a cabo la misión que podría cambiar para siempre su presente y su futuro.