Reseña | Ni dulce ni amargo, Sarina Bowen

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Vergara · 3 Octubre 2019 · Contemporáneo · 1º True North

LOS GRANJEROS DOMINAN LA TIERRA... Y EL MUNDO.

La última persona a la que Griffin Shipley espera encontrarse atrapada en una zanja en su finca rural de Vermont es a la chica con la que compartió un par de noches apasionadas cinco años atrás, cuando ambos eran estudiantes universitarios.

A los veintisiete años, Griff se ha convertido de la noche a la mañana en el patriarca de la granja familiar. Por si la carga de tener que mantener a su madre, su abuelo y sus tres hermanos no fuese suficiente, ahora deberá tratar además con una urbanita que pretende comprarle la cosecha a mitad de precio.

Vermont nunca había entrado en los planes de Audrey Kidder, y mucho menos un reencuentro con Griff Shipley. Pero Audrey necesita desesperadamente que los propietarios de la cadena de restaurantes para la que trabaja como chef le concedan una segunda oportunidad. Así que no va a permitir que un arrogante granjero de aspecto salvaje se interponga en su camino. Griffin y Audrey son ahora adversarios, con visiones enfrentadas de la vida. El problema es que la química sexual entre ellos es tan fuerte como la salsa picante del plato estrella de Audrey. O más.

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Ni dulce ni amargo ha sido mi última lectura, una novela que me ha sorprendido gratamente pues nunca imaginé que la pluma de Sarina Bowen, totalmente desconocida para mí hasta ahora, me iba a cautivar tanto, tal ha sido así que he quedado deseosa de leer algo más de ella. Esta obra, si bien es la primera de la saga True North, también es verdad que puede leerse de forma individual al ser autoconclusiva, lo único que aquí conoceremos a futuros protagonistas que no han hecho sino aumentar mis ganas de conocer sus historias. Aquí conoceremos a Audrey y Griffin, dos personas dispuestas a todo por conseguir la felicidad y la aprobación de los que los rodean, una pareja exquisita y peligrosamente explosiva que nos dejará enamoradas hasta la médula.

Audrey Kidder es famosa por estropear todo lo que se propone, siempre ha sido así y todos los que han pasado por su vida así se lo han hecho ver, sobre todo su madre, una persona poco cariñosa que siempre la ha evaluado y criticado cuando no ha seguido la línea que ella le ha propuesto. Por esto y después de ser expulsada de dos universidades, su madre dejó de suministrarle dinero y estudios lo que ocasionó que por fin Audrey se inclinara por lo que siempre quiso ser, una chef reconocida y valorada. No obstante, a pesar de haber sido la mejor en la escuela de cocina, aún no ha llegado su oportunidad de demostrar cuán valiosa es y por ahora solo es alguien más trabajando para la gran empresa BPG donde no es valorada ni respetada. Sin embargo, pronto cambiará su suerte cuando uno de los jefes le encomiende la misión de viajar hasta Vermont para poner en marcha el proyecto ecológico del campo a la mesa. Aunque ese no es su puesto ideal ya que ella solo quiere cocinar, puede ser una gran oportunidad para congraciarse con los grandes jefes de BPG, así viajará hasta diferentes granjas para conseguir que sus dueños hagan un contrato con su empresa y salir todos contentos con los acuerdos que se estipulen. No obstante, no todo será tan sencillo como Audrey imaginó en un principio pues uno de esos granjeros no es otro que un antiguo rollo de la universidad, Griffin Shipley, un chico que llegó a calar muy hondo en su corazón y que ahora en el presente le sigue acelerando el pulso tanto o más que hace años.

Griffin Shipley tuvo que dejar atrás todos sus proyectos de futuro cuando la repentina muerte de su padre lo llevó a hacerse cargo de la granja familiar. Desde ese momento solo ha vivido por y para sus tierras pues su familia al completo, su madre, su abuelo y sus tres hermanos pequeños, depende de él para conseguir un porvenir libre de preocupaciones. De esta forma, desde que sale el sol hasta que se pone lo único que hace es trabajar, ya sea con el ganado o con la cosecha, siendo esta última la más importante porque es la que le está permitiendo elaborar una excelente sidra que quiere lanzar al mercado. Aunque su vida no es todo lo apasionada que alguien de su edad querría, pronto cambiará cuando se encuentre con la última persona que jamás imaginó atrapada en una zanja cerca de su casa, Audrey Kidder, la chica que cinco años atrás lo atrapó en su red para luego no querer saber nada más de él. No obstante, la lujuria que esa atractiva mujer despierta en él pronto se verá apagada cuando conozca el motivo que la ha llevado hasta allí que no es otro que comprar su cosecha por un precio ridículo para contentar a la cadena de restaurantes para la que trabaja, algo que él jamás permitirá.

De esta forma, Audrey y Griffin volverán a verse las caras después de la extraña relación que mantuvieron en la universidad, un idilio de unas cuantas noches donde solo compartieron cama pues, aunque él siempre quiso algo más, ella no le dio nunca la oportunidad de poder intentarlo porque huyó antes de que él diera ese importante paso. Ahora ambos son más maduros y no se dejan llevar por sus sentimientos, es más Audrey sabe que no es nada buena para él y su prioridad es contentar a sus jefes para que no la despidan y así con el tiempo poder abrir su propio restaurante, un sueño que quiere ver cumplido sea como sea. Por su parte, Griff vive por y para la granja, nunca se permite descansar y que Audrey haya llegado a su vida en ese momento complica muchísimo las cosas puesto que una decisión mal tomada durante la cosecha lo puede llevar a la ruina tanto laboral como sentimental. Sin embargo, por mucho que se empeñe en ser un borde y un gruñón con ella, su familia está cogiéndole cariño a la chica y esto solo hará que Griffin baje las barreras que hace cinco años se impuso alrededor de su corazón. Por otro lado, conocer como es realmente Audrey, una chica sencilla y no una pija consentida y fiestera como siempre la consideró, le está calando hondo en su corazón y sabe que en cuanto cruce la línea con ella ya no habrá vuelta atrás.

Sarina Bowen me ha conquistado completamente, con una historia dulce y sencilla ha hecho que fuera imposible dejar de leer, si no hubiera sido por los resfriados que he tenido o los mil asuntos que he tenido que atender en cuanto a mi vida personal, la novela la habría acabado hace días sobre todo porque las primeras doscientas páginas las leí en un par de horas. Asimismo, la inclusión de personajes secundarios ha hecho que tenga ganas de conocer que historias se esconden detrás de ellos pues no solo la familia Shipley tiene cosas que contarnos, los amigos y ayudantes de Griffin en la granja han captado mi interés, sobre todo Jude y Zach, dos jóvenes que no lo han tenido fácil en la vida y que merecen su final feliz, ambos serán los próximos protagonistas de la segunda y tercera entrega respectivamente de esta saga de hombres rudos y fuertes que tanto amor tienen para dar. Si nos centramos en nuestra pareja protagonistas debo decir que en esta ocasión ambos me han caído bien desde el principio, he congeniado con los dos y han sabido transmitirme todo lo que sentían, algo imprescindible para sumergirme de lleno en la historia. Si a esto se le suma la pluma ágil, fresca y adictiva de la autora ha hecho que la lectura sea amena y deliciosa, todo un plus que hay que destacar. Por último, las descripciones de Vermont, la forma de contarnos los quehaceres de la granja, la elaboración de sidra o cómo funcionan las grandes cocinas y los chefs ha sido formidable, algo que lo ha hecho más real dentro de la ficción, un aliciente extra para perdernos entre sus páginas por lo que no lo dudéis y dadle una oportunidad pues os puede sorprender.

Ni dulce ni amargo de Sarina Bowen es una historia sublime, perfecta para los paladares más exigentes, con un romance formado en el pasado pero alimentado en el presente donde Audrey y Griffin tendrán que dejar atrás sus miedos y sus diferencias para consolidar el gran amor que sus corazones se profesan.