Reseña | La última oportunidad de la señorita Grenfell, Sandra Bree

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Selecta · 6 Marzo 2020 · Histórico · 10º Minstrel Valley (Autoconclusivo)

¿SERÁ CAPAZ EDITH GRENFELL DE DEJARSE LLEVAR POR EL AMOR?

Edith Grenfell, hija de un coronel retirado, ha estado prometida en matrimonio hasta hace unos meses. Sir Reag se ha casado con otra. Lejos de deprimirse, la joven intenta continuar con su vida de siempre. Pero entonces aparece Jack Faner. Un hombre guapo y descarado que ha venido al pintoresco pueblo de Minstrel Valley en busca de venganza.

Los motivos y la actitud de ese hombre resultan fascinantes, y aunque Edith no confía mucho en él, su corazón le dice otra cosa.

CONTINÚA LA ROMPEDORA SERIE DE «MINSTREL VALLEY», CREADA POR CATORCE AUTORAS DE SELECTA. AMBIENTADA EN LA INGLATERRA DE LA REGENCIA EN UN PEQUEÑO PUEBLO DE HERTFORDSHIRE, DESCUBRIRÁS UNA HISTORIA LLENA DE AMOR, AVENTURAS Y PASIÓN.

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Como viene siendo habitual en mí hoy os traigo la reseña de la décima entrada de la serie Minstrel Valley, en esta ocasión es la autora Sandra Bree con su novela La última oportunidad de la señorita Grenfell la encargada de seguir descubriéndonos aspectos de este mágico enclave y de darle la historia que se merece a un personaje que lleva apareciendo prácticamente desde el principio, Edith, la hija mayor del coronel Grenfell, de la que seguro aquellos que seguís estos libros sabéis de su situación personal y cómo ha tenido que reponerse a una traición amorosa. Esta vez tenemos una trama sencilla que no pierde la esencia de sus predecesoras y pone de manifiesto que en este bucólico lugar dentro del condado de Hertfordshire puede ocurrir cualquier cosa.

Edith Grenfell es la hija mayor de un coronel retirado del ejército británico, desde que su madre murió tuvo que aprender a cuidarse por sí misma. Su padre quedó destrozado tras el fallecimiento de su esposa y desde ese momento le interesó más la bebida que el bienestar de sus hijas. De esta forma, su papel desde hace mucho tiempo es la de señora de la casa, responsabilidad que le ha aportado madurez a su carácter. Por este motivo, cuando su progenitor decidió casarla con el hijo de un buen amigo no dudó en acatar su decisión y poner toda su ilusión en dicho enlace. Sin embargo, la vida la golpeará fuerte cuando su prometido decida abandonarla y casarse con su hermana Marion, una muchacha mucho más guapa y atrevida que ella, un revés que la sumirá en un periodo de abatimiento que conseguirá combatir con la ayuda de sus amigas. Así, decidida a continuar con su existencia de siempre hará de todo para alejarse de los rumores que la ruptura ocasionó y de los sentimientos de lástima que algunos habitantes del pueblo tienen hacia ella. No obstante, el asunto no parecerá acabado cuando Jack Faner se presente ante su puerta exigiendo un resarcimiento en su orgullo por parte de Marion ya que la joven prometió casarse con él. Edith no desea que Jack haga público ese romance pues los chismes volverían con más fuerza, sin embargo, entiende su actitud, algo que la hará pensar en una posible solución para todos, porque Jack se convertirá en su última oportunidad para sentir.

Jack Faner ha vuelto a Minstrel Valley tras años lejos del pueblo, una marcha necesaria pues allí no iba a crearse una vida, algo que ha hecho con mucho esfuerzo y ahora es un experto ballenero que ha invertido en una de las compañías más importantes de Londres. De esta forma, el joven ha regresado rico y bien posicionado gracias al hombre que veló por él desde siempre para cumplir su promesa de casamiento, algo que no podrá hacer ya que la mujer que amaba se ha casado con un petimetre, dejándolo a él con muchas ganas de venganza. Así, se presentará en la casa del coronel Grenfell exigiendo explicaciones, pero allí solo encontrará a Edith, la hermana de la mujer que lo engañó. La muchacha ha sufrido en sus carnes su misma ignominia, no obstante, se empeña en defender los actos de su ex prometido, algo que no entiende y hace que su actitud ante la dama sea absolutamente desconsiderada, además, cada vez que está cerca de ella siente que lo que realmente hay entre ambos es atracción, un deseo peligroso para él pues no sabe si Edith es diferente a Marion o realmente solo busca su fortuna recién adquirida.

Desde el primer momento Edith sentirá fascinación por él hombre que está ante ella, Jack es atractivo, con una vida interesante y una personalidad arrolladora. Lo conoce desde que eran niños y siempre pensó que era alguien propenso a meterse en problemas, sin ningún futuro y con una ira hacia todos que no le dejaba ver lo bueno de las personas, una idea totalmente equivocada que subsanará cuando comience a tratar con él. De esta manera, y con la intención de que Jack no airee su coqueteo con Marion, la muchacha le propondrá la solución perfecta para ambos, se comprometerán para casarse, así él logrará la esposa que esperaba encontrar y ella, por su parte, aprovechará su última oportunidad para encontrar el amor. Una salida idónea que hará dudar a Jack al principio pues no cree que eso sea lo que anda buscando, no obstante, la curiosidad lo hará aceptar, pues siente que Edith es especial y tenerla a su lado le proporcionará el lustre que aún le falta para codearse con lo más selecto de la sociedad. Sin embargo, las cosas no serán tan sencillas, ya que la vuela a Minstrel Valley de Marion y su marido traerá innumerables problemas a la pareja que tendrán que saber superar, pues la confianza aún no es completa y la relación se tambalea a pesar de existir entre ellos unos sentimientos muy fuertes.

Sandra Bree ha sabido enlazar la historia de Edith y Jack con lo que ya conocíamos de Minstrel Valley por el resto de novelas de la serie. En este décimo libro nos vamos a encontrar una trama sencilla, muy en la línea de las anteriores, con personajes que ya conocíamos que han tenido la oportunidad de desarrollar su personalidad y otros que van a parecer por primera vez y que van a ser esenciales dentro de la obra. Así, la autora nos ofrece una prosa fresca que no ha dudado en cuidar minuciosamente para ofrecernos una narración elegante a la que no le ha faltado el ritmo en ningún momento. Con una ambientación perfecta nos ha llevado de nuevo por las calles de este idílico lugar donde cada rincón desprende romanticismo y hace que el amor surja de las maneras más inesperadas. No obstante, como viene siendo habitual en estos libros, lo que más suele destacar son los personajes, los protagonistas ponen de manifiesto desde el principio que ellos van a tener suma importancia a lo largo de la historia, con secundarios que se dejarán ver e interactuarán con los mismos, en esta ocasión vemos que han estado muy bien perfilados, pero me he quedado con ganas de saber más de algunos, la autora no ha querido darnos ese extra que si hemos visto en otras de las novelas. Asimismo, lo principal es que Edith y Jack han sido una pareja muy romántica, quizás no excesivamente apasionada pero que ha ido fraguando una relación poco a poco, con muy pocas cosas en común han conseguido un amor limpio donde los sentimientos han ido creciendo al mismo tiempo que lo hacía el conocimiento de ellos mismos y la confianza que debería ser la base de este. Edith y Jack son personas hechas a sí mismas, por un motivo u otro han tenido que tirar hacia adelante solos, él con una actitud furiosa hacia el mundo y ella aceptando la responsabilidad de cuidar a un padre que no supo enfocar la muerte de su esposa. Ambos son fuertes, luchadores, valientes y capaces de todo por el amor verdadero. Una pareja que me ha gustado mucho y ha sabido darle un toque especial a la historia. En definitiva, una novela sumamente deliciosa, muy fácil de leer y que continua a la perfección la línea narrativa que sigue esta serie, algo que me tiene totalmente atrapada.

La última oportunidad de la señorita Grenfell de Sandra Bree es una novela sencilla con una historia de amor muy dulce donde los verdaderos sentimientos harán que nuestra pareja protagonista deje atrás un desengaño que les hizo desconfiar de las emociones y les devuelva lo que siempre quisieron, la ocasión de ser felices junto a la persona que el destino les tenía preparada.