Reseña | No soy Lizzy Bennet, J. de la Rosa

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Vergara · 11 Junio 2020 · Contemporáneo · Autoconclusivo

X PREMIO VERGARA A LA MEJOR NOVELA ROMÁNTICA

NO SOY LIZZY BENNET ES UNA INVITACIÓN A SER UNO MISMO, A SOBREPONERSE ANTE LAS ADVERSIDADES, Y A ACEPTAR QUE LA VIDA, SI SE OBSERVA ATENTAMENTE, SIEMPRE TIENE ALGO DE MAGIA CON QUE SORPRENDERNOS.

Llamarse Lizzy apellidándose Bennet fue una casualidad, pero esta anécdota ha marcado su vida desde niña, desde el momento en que decidió guiar su conducta por el código moral de la protagonista de Orgullo y prejuicio, la otra Lizzy Bennet: honor, libertad, coherencia.

Pero algo tuvo que salir muy mal, porque con treinta años recién cumplidos, esos tres principios se han volatilizado: la prensa la considera un monstruo, la policía la persigue, y ella no cree en nada que no sea atravesar el país y llegar a San Cayetano, la capital del sur, donde debe llevar a cabo su última misión antes de acabar entre rejas.

En medio de esta huida, un accidente de tráfico la hace coincidir con John, un tipo que le desagrada al instante, y a quien solo quiere quitarse de encima. Aunque esa tarea no será fácil. John está decidido a recuperar lo que es suyo, y para conseguirlo la perseguirá, si hace falta, hasta el final del mundo.

Así, Lizzy se embarca en una travesía por carretera a lo largo de un país mágico, con la policía pisándoles los talones y unos extraños compañeros de viaje: Eve, enamorada de un hombre al que no conoce; Giacomo, que como cada año desde hace cincuenta y tres va en busca de su amada para pasar juntos una sola noche a la luz de la luna; y Ana, que ha decidido retomar su vida donde la dejó casi cuatro décadas atrás. Y por supuesto John, pues lo que empieza siendo una cuestión de orgullo, derriba todos sus prejuicios hasta hacerla comprender qué es de verdad el amor.

Moteles de carretera, comunas nudistas, grupos de terapia, serrerías perdidas en el bosque y un destino incierto los aunará a todos bajo la magia de una canción, justo cuando sus vidas deben enfrentarse a su destino.

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He tenido el placer de leer varios libros de J. de la Rosa y todos ellos me han enamorado completamente, la forma de escribir que tiene el autor es única, consigue llegar al lector sin ningún problema y las historias que imagina calan en lo más profundo, por esto mismo no me extrañó que resultara ganador del 10º Premio Vergara, y yo no he podido resistirme a leer la novela. De esta forma, con No soy Lizzy Bennet nos presenta una trama original donde nuestra protagonista se rodeará de un grupo de personas de lo más variopinto, un heterogéneo conjunto de personalidades que la ayudarán a solventar los problemas, le enseñarán a ser ella misma y, por qué no, a descubrir lo mágica que puede ser la vida. Un libro que me ha sorprendido enormemente y que, sin lugar a dudas, ha entrado a formar parte de mis mejores lecturas de este año.

Lizzy Bennet debería ser una chica normal, alegre, independiente, apasionada y romántica, llamarse como la heroína de la famosa novela de Jane Austen ha marcado su vida desde el principio, por lo que decidirá regirse por el código de ésta, en definitiva, una mujer con honor y ansias de libertad que no sucumbirá a las trampas que el destino se empeñará en poner en su camino. Pues bien, nada más lejos de la realidad, la existencia de Lizzy a sus treinta años es un verdadero desastre, un error que está pagando realmente caro la ha alejado de parte de su familia, está perseguida por la policía, todo el mundo cree que es un monstruo y su única intención es llegar a San Cayetano a toda costa. Así, no dudará en iniciar un viaje desesperado para atravesar todo el país y llegar a la capital del sur, allí tiene una misión de suma importancia que debe realizar antes de terminar en prisión. No obstante, su huida no será fácil, sus perseguidores son un par de policías que no descansarán hasta darle caza, por este motivo Lizzy no tendrá más remedio que jugárselo todo a una carta, una decisión que la llevará a terminar involucrada en un accidente de tráfico con una cochambrosa furgoneta conducida por un tipo de lo más insistente. Ese será su primer encuentro con John, un contacto nada amigable con un hombre que representa todo lo contrario a lo que ella fue una vez, por lo que su primera impresión no será del todo acertada.

John es una persona que ha decidido dejar atrás la vida que llevaba para abrazar la libertad que la carretera le ofrece, tanto es así que ahora vive en su furgoneta Volkswagen pues Rosemary le proporciona todo lo que necesita y lo aleja de una existencia que no lo hacía realmente feliz. Por este motivo, cuando una loca lo ha embestido sin ningún miramiento cree que debe hacerle pagar los daños que le ha causado, no obstante, en el momento en el que conozca a Lizzy Bennet su curiosidad irá más allá del simple choque que han tenido, la chica es todo un misterio que lo intriga en lo más profundo, por esto mismo, decidirá que lo mejor es descubrir que esconde, pues está seguro que la joven se encuentra en dificultades y siente que él puede ayudarla de alguna manera. Así, no se lo pensará dos veces iniciando una pequeña persecución para dar alcance al coche de Lizzy, un inconveniente para la muchacha ya que su tiempo es muy corto y no puede retrasarse para llegar a su destino.

De esta manera, Lizzy no sólo tendrá que preocuparse de la policía, también está John y su empeño de cruzarse continuamente en su camino. Sin embargo, éste no será el único compañero de viaje que tenga, a lo largo de su alocada huida se topará con otras personas que se convertirán en acompañantes improvisados, compartiendo con ella momentos de lo más inolvidables y conociendo lugares un tanto extraños que harán que la joven comience a ver la vida de otra forma. Así, Lizzy encontrará los amigos que necesita en Ana, Eve y Giacomo, cada uno de ellos con una historia que contar que le darán la fuerza necesaria para hacer lo correcto. Todos tendrán personalidades muy distintas y, al igual que ella, también tienen como último destino San Cayetano, allí deben llevar a cabo misiones propias, sueños por cumplir y promesas que no deben romperse, tareas que los conducirán a un desenlace incierto que cambiará sus vidas para siempre. De este modo formarán un grupo de lo más singular en un viaje fascinante donde las sorpresas no dejarán de sucederse llegando a apreciar lo verdaderamente importante que son los instantes compartidos.

J. de la Rosa nos presenta una historia de lo más original, un viaje por carretera donde cinco personas muy distintas y con personalidades totalmente opuestas coincidirán para emprender una aventura que los llevará a atravesar todo un país y llegar a un lugar donde el destino les tendrá preparadas alguna que otra sorpresa. Así, como es habitual en él, el lector puede disfrutar de una prosa sencilla, con una forma de escribir muy sugerente y un ritmo muy ágil, ya que los capítulos no son excesivamente largos y se suceden con bastante rapidez alternando diferentes puntos de vista de la trama. Un roadtrip que irá desarrollándose por diversos lugares, pues el autor no ha dudado en llevarnos desde un motel de carretera, hasta serrerías perdidas en mitad del bosque pasando por una comuna nudista que pondrá en serios apuros a Lizzy. Todas ellas serán vivencias de lo más singulares que marcarán el futuro de nuestra heroína y el de sus espontáneos compañeros de viaje, porque no sólo tendremos que estar pendientes de la señorita Bennet, también tendrán mucho que decir John, Eve, Ana y Giacomo, todos con sus propias historias que compartirán con el lector y demostrándonos que son personas apasionadas que van a San Cayetano con un fin concreto, el cual les da fuerzas para seguir adelante. Así, todo aquel que se anime a leer esta novela deberá desentrañar diferentes incógnitas que se presentan en el libro, siendo la principal el pasado de Lizzy, desde el inicio nos preguntaremos por qué es perseguida por la policía, cuál es el delito que ha cometido y el motivo de una huida sin descanso hacia el sur. El autor ha conseguido mantenernos en vilo casi toda la novela, ese misterio que esconde es muy interesante haciéndonos entender parte de su relación con John y el porqué de que esconda sus sentimientos por el chico, además de querer alejarse de éste, un hombre que remueve sin remedio todo su interior. De esta forma, puedo decir que estamos ante personajes complejos, sus personalidades dejan mucho a la imaginación y nos permiten conocerlos con cada paso que dan. Asimismo, podemos hablar de principales y secundarios, siendo Lizzy la que más destaque con una trama más completa, no obstante, el resto no se quedará atrás pues cada uno vivirá su propia historia, un pasado y un presente que irán desgranando en cada conversación conduciendo a un final especial para cada uno. Sólo John tendrá su existencia ligada a Lizzy, desde el inicio se apreciará la química entre ambos, emociones confusas al principio que se irán aclarando a medida que compartan momentos y dejen que estas afloren. En definitiva, una novela que invita a ser leída con ese toque especial que sólo J. de la Rosa sabe dar a sus historias y que me ha permitido sumergirme en una lectura donde me he divertido, he conseguido emocionarme y, por supuesto, disfrutar de un final absolutamente perfecto. 

No soy Lizzy Bennet de J. de la Rosa es una novela con la que disfrutar de la originalidad de una historia mágica, pues en ella conoceremos a un grupo de personas que nos mostrarán lo sencillo que es disfrutar de la vida si sabemos ver las sorpresas que esta nos tiene preparadas, planes que nunca salen como pensábamos pero que nos conducirán a un final mucho más placentero y nos permitirán abrazar un destino donde lo importante es ser uno mismo.