Reseña | La rosa de Hereford, Brenna Watson

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Vergara · 18 Febrero 2021 · Histórico · Autoconclusivo

A VECES, SOLO EN LA ADVERSIDAD DESCUBRIMOS NUESTRO AUTÉNTICO CORAJE.

En plena campaña contra Napoleón y tras la muerte de su hermano, Nicholas Hancock abandona el ejército para convertirse en el nuevo conde de Sedgwick. Con él trae una promesa que se verá forzado a romper cuando la joven Madeleine Radford se cruce en su camino. Obligado a contraer matrimonio con ella para evitar un escándalo, Nicholas decide desterrarla a su propiedad más modesta y alejada de Londres.

Once años después, tras coincidir en una fiesta, el rey expresará su deseo de conocer a su esposa Madeleine, y Nicholas no tendrá más remedio que volver a buscarla. Pero la mujer que encontrará en Hereford ya no es la joven asustada y tímida que dejó atrás. Ni aquella humilde propiedad es la misma que él le legó.

¿Puede el amor nacer entre las cenizas del rencor? ¿Y el tiempo curar las heridas del despecho? Nicholas y Madeleine tendrán que enfrentarse a su pasado para descubrirlo.

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La novela que traigo reseñada esta vez me ha dejado totalmente encantada, una lectura que no sólo he disfrutado al máximo, sino que también me ha hecho experimentar multitud de emociones, haciendo de ella una obra difícil de olvidar. El libro en cuestión es La rosa de Hereford de Brenna Watson, una historia maravillosa, con personajes entrañables y una ambientación extraordinaria. Cuando terminé de leerla supe que la trama había superado mis expectativas, ya que a lo largo de ella sentí que los sentimientos se apoderaban de mi corazón, consideraba como propios el dolor y el rencor de los protagonistas, los cuales darán paso al amor, la esperanza y el coraje, un camino de superación y aprendizaje que nos enseñará que el ser humano sabe sobreponerse a las adversidades y que el paso del tiempo es el mejor hilo para tejer los lazos de un destino que llevará a Madeleine y Nicholas a perdonar un pasado que los hizo infelices.

Nicholas Hancock siempre creyó que alistarse como soldado para luchar en la campaña contra Napoleón lo llenaría de gloria y fama, una idea romántica de la guerra que pronto quedó olvidada, más que nada porque lo único que encontró allí fue dolor, frío y miseria. Una aventura en la que no estará sólo, pues sus mejores amigos, Arthur y Julien, la compartirán con él, ellos son como parte de su familia y prometerán no romper nunca dichos lazos. No obstante, la repentina muerte de su hermano lo obligará a volver a Inglaterra y abandonar su puesto en el ejército inglés, dejando atrás una promesa sin cumplir y con la seguridad de que su regreso a Londres no será lo mismo sin aquellos que ya no están. No obstante, ahora tiene unas responsabilidades que desempeñar como nuevo conde de Sedgwick, entre ellas la de encontrar esposa, algo que no tiene ninguna prisa en hacer, por esto mismo cuando se ve envuelto en un escándalo que lo llevará directamente al altar, sentirá que toda su vida ha quedado destruida, ahora está unido a una persona que lo ha engañado y la furia lo hará cometer la peor de las acciones, abandonar a su recién estrenada esposa en una propiedad en ruinas, lejos de él y de aquellos que podrían ayudarla.

Madeleine Radford vio como un simple beso cambiaba su vida para siempre, ahora, once años después de aquella noche, no queda nada de la joven asustada que contrajo matrimonio con el flamante conde de Sedgwick. El camino ha sido largo y ha estado lleno de contratiempos, pero ha conseguido sobreponerse al abandono y la desdicha, dejando a Nicholas como un recuerdo lejano del que no desea hablar y con el que no quiere tener trato alguno. La vida le ha enseñado el coste de la desilusión, el precio de ver partir a los amigos y lo fácil que es perder la esperanza cuando la soledad amenaza con consumirte. Por suerte para ella, Madeleine ha construido un hogar en Blackrose Manor, la propiedad ruinosa donde su esposo la dejó, sin embargo, su coraje le dio fuerzas para levantarla, rodearse de gente que la quiere y hacerse respetar para no tener que volver a soportar una humillación como la que la llevó hasta allí. Por esto mismo, cuando Nicholas regrese para llevarla a Londres no podrá olvidar que su lugar es ese, la tierra que la acogió, la pequeña familia que ha formado y los amigos que la conocen de verdad, una perspectiva que podría tambalearse cuando el conde descubra la verdadera mujer que se esconde tras la condesa de Sedgwick.

Nicholas ha pasado once años intentado olvidar que un día contrajo matrimonio, no obstante, ahora el rey se ha encaprichado y quiere conocer a su esposa, un petición que lo hará ponerse en contacto con Madeleine para hacerla regresar a la ciudad y que él pueda cumplir con lo acordado con el monarca. Sin embargo, la tarea no va a ser sencilla, ella no desea ser el centro de atención en una sociedad que le dio la espalda, por lo que en un principio rehusará, aun así, el conde no le dejará otra opción cuando se presente en la mansión. De esta forma, y con la condición de que la joven regrese a Blackrose Manor una vez resuelto el problema, el matrimonio tendrá que acostumbrarse a vivir bajo el mismo techo, una convivencia difícil pues apenas se conocen y de los que fueron hace más de una década ya no queda nada. Así, con enfrentamientos constantes y veladas acusaciones entre ellos, ambos empezarán a descubrir detalles que cambiará para siempre la percepción que tienen el uno del otro, una relación llena de roces donde el rencor no ha desaparecido por completo, pero en la que la atracción no ha tardado en aparecer, pues los sentimientos ya no se centran únicamente en el odio y la desconfianza, poco a poco va naciendo un cariño sincero que los dejará totalmente descolocados. Dos almas fuertes que tendrán que dejar atrás los errores cometidos y superar los miedos que tienen para dar una oportunidad al futuro que está abriéndose ante ellos.

Esta no es la primera novela que leo de Brenna Watson, pero si es la mejor de todas ellas, pues aquí ha conseguido superarse con creces. Esta autora posee una prosa cuidada y elegante, los detalles no son un problema a la hora de incluirlos en la trama, pues nunca son demasiados y ofrecen al lector la información necesaria para imaginar la historia tal y como ella desea. El ritmo de narración es ágil y fluido, con diálogos que proporcionan dinamismo a la obra y una interacción entre los personajes que dejan muy claro las personalidades de cada uno. Además, ella no escatima a la hora de ofrecernos datos reales que hacen que la ambientación sea perfecta, momentos, lugares, acontecimientos históricos y personas que destacaron entonces son la fuente de una trama muy bien situada en la época y perfectamente hilada, sin lugar a dudas un trabajo de documentación intenso que queda reflejado a lo largo de la novela y que hace mucho más interesante la misma. Si nos vamos a los protagonistas, vemos una evolución muy clara a lo largo de la historia, Nicholas comienza como un hombre que se ha unido a la campaña contra Napoleón con ilusión y esperanza, sin embargo, vuelve hastiado, con el carácter amargado y sintiendo que ha sido un error haber ido. Aún así, todavía conserva algo de humanidad que desaparece cuando se cree engañado, el odio hacia Madeleine le nubla la razón y comete la villanía de abandonarla, un acto de orgullo que mantendrá hasta que el rey intervenga. Ella, por su parte, tendrá once años para madurar, dejar atrás a la joven romántica y asustada para dar paso a una mujer adulta, fuerte, curtida con las adversidades y dueña de sí misma. Dos personas que cambiarán mucho, moldeando sus personalidades y haciendo de ellos dos protagonistas intensos que chocarán en más de una ocasión. Por esto mismo, sus enfrentamientos serán geniales, capaces de atrapar al lector y, como me ha pasado a mí, que se beba las páginas una detrás de otra. He de reconocer que Madeleine ha sido mi heroína por excelencia, la he amado desde el inicio, con Nicholas, por el contrario, me ha costado más, me despertaba cierta antipatía al principio, pero a medida que va avanzando la trama vamos comprendiendo su actitud y encariñándonos con un hombre que no termina de reconocer sus sentimientos. Por todo esto, la pareja me ha fascinado, he sentido mucha química entre ellos y como, poco a poco, van acercándose a ese destino juntos. Por el lado de los secundarios, comentaros que han sido muchos los que han aparecido en la novela, todos ellos con mucho peso y que no te dejan indiferente, pues, cada uno ha disfrutado de un trocito donde los hemos podido conocer y valorar. Así, describirlos a todos resultaría interminable, por lo que no voy a profundizar en ninguno en particular, creo que debéis ser vosotros los que los juzguéis y os enamoréis de algunos de ellos como me ha pasado a mí. Por lo demás, sólo me queda animaros a darle una oportunidad, porque es un libro impresionante que no me cansaré de recomendaros, una joya de la romántica histórica que ha sido capaz de transmitir mil y una emociones y con la que caerás rendido a la pluma de esta autora.

La rosa de Hereford de Brenna Watson es una novela deliciosa que sabrá enganchar al lector a su historia, porque no sólo estamos ante una trama de coraje y superación, pues nuestra protagonista no se dejará vencer por los obstáculos que se interpongan en su vida y sabrá levantarse para plantarle cara al mundo y al hombre que menospreció su valor y su inteligencia, sino que también en ella seremos testigos de un romance difícil que comenzó de la peor de las maneras y que tendrá que esperar once años para encontrar su verdadero camino.