Reseña | Nunca dejes de esperarme, Elizabeth Urian

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Ediciones B · 16 Marzo 2016 · Histórico · Independiente

Para la sociedad inglesa y el resto de su familia, Catherine Montague es la viuda del conde de Beaufort, que desapareció de forma misteriosa en aguas del Mediterráneo. Ella, en cambio, se resiste a aceptar que su marido está muerto.

Cuando Julian Montague fue capturado por los corsarios argelinos acababa de escapar por los pelos de un intento de asesinato. Tras su liberación, su estado mental podría calificarse de inestable, pero… ¿es realmente cierto que el conde ha perdido la cordura?

Cuando se produce el reencuentro de la pareja, ella es incapaz de reaccionar como una esposa enamorada, lo que le hará preguntarse si lo que sentía por su marido no era más que una ilusión. Además, él saboteará cada uno de los intentos de Catherine de hacer regresar al antiguo Julian y con él cuanto le pertenece.

Mientras tanto, un asesino anda suelto…

Nunca dejes de esperarme es la segunda novela que leo de estas dos hermanas que publican bajo el seudónimo de Elizabeth Urian. Al igual que ocurrió con Nadie me ofende impunemente, han vuelto a atraparme con esa manera de narrar que tienen tan fresca y natural, pero al mismo tiempo fiel a la época en la que está encuadrada la trama y sin descuidar los detalles esenciales que la hacen tan especial. En esta ocasión la historia nos habla de Catherine y Julian, una pareja separada por el destino que tendrán que descubrir si el amor que sentían ha sobrevivido al tiempo y a la distancia. Una lectura que mezcla la pasión, la intriga y el peligro que se cierne sobre nuestros protagonistas con un asesino que no dudará en terminar el trabajo que inició hace tres años.

Catherine Montague sabe que mantener viva la esperanza de encontrar a su esposo sano y salvo la está consumiendo día tras día. Ante todos es la viuda del conde de Beaufort y, aunque han pasado tres años desde el trágico suceso que llevó a la desaparición de éste, ella se resiste a creerlo. Ahora un extraño dice ser Julian Montague, el desaparecido aristócrata, que ha regresado milagrosamente después de estar tres años retenido por los corsarios argelinos. La joven ha esperado con ansias el retorno del hombre que ama, pero ahora que este se ha producido no sabe cómo enfrentarse al desconocido que la observa con una fría mirada y vacía de sentimientos. Así, el reencuentro entre la pareja no es nada amoroso por lo que Catherine se pregunta si el recuerdo de ese amor que compartieron fue solo una mera ilusión. No obstante, rendirse no está en su carácter por lo que hará todo lo posible por hacer regresar al antiguo Julian, ese con el que compartió un matrimonio de dicha y felicidad.

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- Imagen extraída de Google para ser reformada -

Julian Montague, conde de Beaufort, lleva demasiado tiempo alejado de su familia y su esposa, el destino lo llevó a zarpar rumbo a Atenas y durante la travesía alguien intentó asesinarle, como resultado sobrevivió al atentado contra su vida pero cayó preso de los corsarios. De esta forma, estuvo prisionero en una cárcel de Argel hasta que fue rescatado por la armada inglesa. Ahora, tras su liberación, ha vuelto a su hogar pero estos años de cautiverio han marcado no solo su cuerpo, sino también su mente. Todos creen que ha perdido la cordura e incluso le temen, solo la valiente y decidida Catherine es capaz de hacerle frente y luchar con todas sus fuerzas para traerlo de vuelta. Sin embargo. Julian no puede volver a ser el de antes, primero debe desenmascarar al asesino que desea verlo muerto, y para ello no puede confiar en nadie.

De esta manera, Julian y Catherine se reencontrarán como dos desconocidos que deberán volver a confiar el uno en el otro. Los años que han estado separados los han hecho madurar de formas diferentes, ella ha seguido atada a un amor de juventud donde los momentos felices no podían ser empañados. Julian, por el contrario, estaba sumido en el infierno sospechando de todos y ansiando venganza. Ahora tendrán que descubrirse de nuevo y retomar ese amor que sentían. Así pues, comenzarán a vivir días difíciles donde los roces entre ambos se harán inevitables, aunque la atracción innegable que se deja ver los llevará a experimentar una pasión mucho más ardiente que la que vivieron en el pasado. Esto, poco a poco, los hará notar que los sentimientos todavía existen. No obstante, la amenaza que casi le costó la vida a Julian aún está ahí, y solo descubriendo al verdadero asesino podrán recuperar la felicidad que tanto ansían. 

Elizabeth Urian vuelve a presentarnos una trama llena de ingredientes para enganchar al lector. En ella vemos ese romance apasionado que tanto nos gusta, pero también hay intriga y suspense con un peligroso asesino y una serie de hechos que nos harán ser partícipes en la resolución de un misterio que amenaza la vida de nuestro protagonista. De este modo, vemos una obra bien planteada, con personajes fuertes y decididos, y, en el caso de los secundarios, todos ellos nos ayudarán al desarrollo de la novela y con los que empatizaremos a través de sus historias personales entrelazadas fantásticamente con el tema central del libro, sin olvidarnos, por supuesto, que volvemos a disfrutar de una ambientación sumamente detallada, algo que destaca en la autora. La prosa que nos presenta es fresca y cuidada, aunque quizás, en esta ocasión la falta de diálogos (no son tan abundantes como me hubiera gustado) provoca que se pierda algo del dinamismo que hace que la lectura sea más ágil. Sin embargo, obviando este pequeño detalle, todos los demás aspectos han hecho de ella una novela estupenda y muy entretenida que engancha nada más iniciarla y que me ha hecho disfrutar de nuevo de la pluma de estas dos hermanas que saben ofrecer al lector maravillosos romances.

Nunca dejes de esperarme de Elizabeth Urian es una preciosa novela que nos hará vivir un romance lleno de ternura y pasión donde nuestra pareja protagonista volverá a encontrarse para descubrir que las segundas oportunidades existen y que estas nos dan la posibilidad de amar más intensamente a esa persona que el destino nos tiene reservada.