Reseña | Un amor de película, Rachel Winters

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Planeta Internacional · 9 Enero 2019 · Contemporáneo · Autoconclusivo

A VECES LA VIDA REAL ES MEJOR QUE EL CINE.

Tras siete años como asistente, Evie Summers está lista para obtener la promoción que se merece. Pero la agencia de cine donde trabaja está en la cuerda floja y Evie perderá su trabajo si no consigue convencer a su cliente más importante y arrogante para que termine de escribir el guion de una comedia romántica de Hollywood.

Cuando el guionista confiesa que no hay nada escrito, Evie le propone un pacto: si ella puede probarle en tan sólo tres meses que es posible enamorarse en la vida real como en una película, él escribirá el guion. Evie se embarca en una misión a contrarreloj: recrear todos los primeros encuentros de las películas románticas para conocer a un hombre de la misma manera que Sally conoció a Harry o Hugh Grant se enamoró de Julia Roberts en Notting Hill.

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Creo que desde siempre he sido muy fan de las comedias románticas, me encanta ver este tipo de películas, Mientras dormías, Algo para recordar o Sabrina, ellas y una larga lista más me hacen vivir historias de amor profundas, romances perfectos entre dos personas que consiguen enamorarse a pesar de malentendidos o situaciones difíciles. Ellas me han dado primeros encuentros que me demostraban que el amor podía ser ideal, pues bien, Un amor de película de Rachel Winters va de eso precisamente, una trama donde Evie vivirá tres meses muy intensos para encontrar su final feliz. Una chica que se verá rodeada de amigos que la apoyarán hasta el infinito, un jefe muy pesado que la tiene laboralmente agotada y un guionista escéptico que no cree en el amor. Una combinación perfecta que ha hecho que disfrute de una lectura fresca y adictiva, con personajes muy interesantes y un final donde todo puede ser posible. 

Evie Summers ya no es una joven ingenua con sueños por cumplir, el tiempo ha pasado volando y sigue en el mismo puesto de asistente para la misma agencia de cine. En este momento su meta es convertirse en agente, tener la oportunidad de avanzar laboralmente y recibir el aumento de sueldo que lleva esperando tanto tiempo, no obstante, su trabajo pende de un hilo y su futuro profesional es incierto ya que el cliente estrella de la agencia, el aclamado guionista Ezra Chester, no ha entregado el guión que una gran productora le encargó hace meses. De este modo, en plena crisis Evie no tendrá más remedio que hacer frente al problema ya que su jefe no parece ser la persona indicada para manejar la situación. Así, la chica, de buenas a primeras, tendrá que lidiar con el niño mimado de Hollywood, un hombre obsesivo y egocéntrico que no atiende a razones, obviando deliberadamente un trabajo por el que le han pagado y dejando en la estacada a todo el mundo, un sujeto de lo más insufrible que pondrá la vida de nuestra protagonista del revés.

Por el bien de todos los implicado, incluida ella misma, Evie tendrá que ingeniárselas para que Ezra recupera su creatividad y consiga escribir a tiempo el guión de una comedia romántica, algo que el guionista se niega a hacer, no por su supuesta crisis creativa sino porque no cree en el amor tal y como se describe en las películas. Un escollo que obligará a la joven a hacer un trato con el guionista, ella demostrará que los encuentros de película pueden existir en la vida real y él a cambio terminará a tiempo el susodicho guión. Sin embargo, las cosas no serán tan sencillas ya que Evie deberá enamorarse durante los mismos, encontrar su final feliz, algo que no tenía previsto.

Así, no tendrá más remedio que someterse a una humillación tras otra para recrear esos primeros encuentros que hicieron famosas a películas como Notting Hill o Tienes un e-mail, una tarea de lo más ardua que la llevará a conocer a gente de lo más variopinta. Una sucesión de situaciones que plasmará para Ezra y que, poco a poco, le devolverán las ganas de escribir, pues un suceso de su pasado la alejó de su gran pasión. No obstante, no todo lo relacionado con la locura en la que se ve inmersa va a ser malo, todo esto le dará la oportunidad de conocer a Anette, una niña muy especial que junto a su padre Ben le darán a Evie una visión de la vida totalmente diferente, ayudándola a enfrentarse a un jefe que no la valora y demostrándole que el amor no siempre es como en las películas, o tal vez sí.

Rachel Winters nos ofrece una novela distinta, con momentos muy emotivos y otros sumamente divertidos que pondrán a Evie en alguna que otra situación de lo más vergonzosa. La autora ha conseguido que la historia fluya con una prosa fresca, ligera y adictiva, acercándonos a una protagonista perfecta, llena de cualidades, tierna, sensible, amable y con un corazón enorme que crecerá a lo largo de la trama. Así, ella será el eje central de la obra, su ímpetu y su instinto de supervivencia en cuanto al ámbito laboral la llevarán a pactar un acuerdo que no parece beneficiarla. La joven demostrará su valentía con cada encuentro y ellos la ayudará a superar una mala relación que le quitó las ganas de enamorarse. También será capaz de enfrentarse a los problemas y poco a poco comenzará a valorarse de nuevo, tanto como persona y también como profesional, pues su sueño de ser guionista todavía sigue ahí. Como antítesis a ella tendremos a Ezra Chester, el guionista ha conseguido el estrellato y ahora que está en la cima cree que todos tienen que complacerlo, un hombre atractivo y sexy que no sabe amar a los demás y no da nada sin esperar algo a cambio, un hecho que lo arrastrará a hacer cosas no demasiado honestas. Dos personas que se enfrentará en numerosas ocasiones dejando ver personalidades opuestas que los llevarán por caminos muy distintos. En cuanto al resto de personajes, han sido muchos los que han pasado por la novela, las parejas de Evie en cada encuentro podían llegar a ser muy divertidas, pues han dado situaciones de lo más extrañas que no siempre salían como ella deseaba. También hemos conocido a los amigos de nuestra chica, Jeremy, María y Sarah, incondicionales con la joven y una fuente de información infinita para planear los encuentros de película y meterla en algún que otro lío embarazoso. También tenemos a Monty, el jefe histérico que no sabe hacer nada sin ella, un hombre egoísta que no la valora y la trata casi como una esclava. Por último, me gustaría incidir en Ben y Anette, padre e hija han destacado en la historia que estaba viviendo Evie, partícipes en muchos aspectos de esta loca aventura, han dejado ver a dos personas vulnerables que lo han pasado mal y que, como nuestra heroína, sabrán salir adelante y arriesgarse a disfrutar de la vida nuevamente. Todos ellos han demostrado que la autora ha sabido moldear cada personaje para que tenga un rol específico en la novela, han aportado mucho a la trama y han proporcionado esa variedad que tanto gusta al lector. En definitiva, un libro con muy buen ritmo, una historia diferente y personajes de diez con la que seguro disfrutaréis tanto como yo.

Un amor de película de Rachel Winters es la historia de una chica que creía en las comedias románticas, en experimentar un amor como el de las películas y en tener un encuentro único capaz de cambiar su mundo, sin embargo, Evie tendrá mucho más que eso ya que a veces la realidad es inmensamente mejor que la ficción.