Cuando comencé a leer la trilogía Hermanos Craven de Noa Alférez supe que serían novelas adictivas, ya su primera entrega me tuvo pegada a sus páginas, y, ahora su segundo libro, Cada vez que te olvido, ha sido igual de interesante, siguiendo la línea narrativa iniciada en el anterior, una trama preciosa, con personajes fuertes y un romance que crecerá poco a poco, conforme los protagonistas vayan compartiendo esa química que se nota que tienen desde su primer encuentro. Aquí vamos a conocer la historia de Nathan, el primogénito de la familia, el respetado y metódico vizconde de Richter verá como una promesa hecha en el pasado vendrá para recordarle que el futuro es impredecible y que el deber, a veces, puede resultar el placer más dulce al que puede aspirar un hombre.
Nathan Craven vio como sus planes se volvían humo cuando su padre, el vizconde de Richter, concertó su matrimonio con la hija de un amigo, una unión que iba en contra de sus deseos y que no estaba dispuesto a aceptar, aun así, su educación y sus responsabilidades para con el título que heredaría algún día lo hicieron doblegarse a las exigencias de su progenitor. No obstante, la prematura muerte de éste y su nombramiento como nuevo vizconde le dio la oportunidad de dejar de lado esa promesa que se hizo y olvidar convenientemente que tenía una prometida. Ahora, diez años después, es un hombre comprometido con su posición y con las obligaciones que esta conlleva, además quiere casarse, pero no con Mónica, la mujer que un día eligieron para él, ella es solo un obstáculo que ha llegado a su vida para cambiarlo todo nuevamente, incluido un próspero negocio que se verá amenazado como no cumpla con el compromiso.
Mónica Blackmoore ha tenido que ser una superviviente, por sus hermanos y por ella misma, ya que desde que murió su padre ha sacado adelante a la familia y, para ello, no ha dudado en hacer cualquier cosa, incluso algunas que harían que la buena sociedad inglesa se echara las manos a la cabeza. Un papel difícil de realizar en algunos momentos que la han transformado en una mujer dura y desconfiada, su prioridad es la felicidad de los suyos y para ello tiene planes muy concretos, entre los que no está casarse con cierto noble con el que la prometieron hace una década. Para Mónica Nathan es un extraño, aquel que se olvidó de su prometida y que ahora quiere su ayuda para librarse de un matrimonio que ninguno de los dos desea, sin embargo, la dama no va a ser su salvadora, le guarda demasiado rencor por su falta y no cree que tenga nada que ofrecerle a cambio, pero el vizconde es demasiado persuasivo y que despierte una parte de ella que no conocía no le ayudará a resistirse a sus encantos.
Cuando Nathan apareció en la propiedad de Mónica nunca imaginó encontrarse a una mujer testaruda, valiente y fuerte que tenía sobre sus hombros la carga de tres hermanos y unas tierras que no eran rentables, ella había llevado las riendas lo mejor que había podido, sobreviviendo a la adversidad y desafiando a una sociedad que si descubría sus secretos la desterraría para siempre. Por esto, y a pesar de tener un comienzo algo accidentado, el vizconde hará todo lo posible por ayudarla y, de paso, solucionar las nefastas consecuencias que provocará romper el compromiso, porque casarse con Mónica no es la opción que desea, o eso es lo que se dice cada vez que la atracción que ha surgido entre ambos lo aleja de sus planes y lo sumerge en una vorágine de pasión capaz de consumirlo. Mónica, por su parte, no confía en Nathan, él solo desea deshacerse de ella y no piensa que su olvido la obligó a ser fuerte para los demás, dejando a una mujer sin esperanza y sin sueños propios, ahora que la ha buscado no puede flaquear y dejarse convencer, por mucho que sus sentimientos por el hombre que podría darle lo que una vez soñó sean cada vez más intensos. Una pareja orgullosa, cabezota y arrastrada por un deseo inesperado que tendrá que luchar contra sus propios miedos para darle una oportunidad a un amor tierno capaz de sanar sus almas, enfrentar a un destino casi imposible y reconocer una verdad que es aparente a ojos de todos y que ellos niegan a pesar de ansiarla con todo su corazón.
Noa Alférez vuelve con esta segunda entrega de su trilogía Hermanos Craven para continuar con la historia de Nathan, el hermano mayor, un hombre que ha sido educado para asumir las responsabilidades del título y cumplir con su deber, siendo uno de ellos el de casarse con la mujer adecuada, algo que cree haber encontrado, sin embargo, no contaba con la pasión y la testarudez de una pelirroja que lo descoloca hasta el punto de hacerlo cometer alguna que otra locura. Una obra donde volvemos a disfrutar de una prosa sencilla, cuidada y muy elegante, característica de la autora y que impregna al libro de un ritmo ágil, adictivo y que engancha al lector desde el principio. Además, se nota que Noa ha puesto nuevamente mucho esmero en los detalles haciendo que la ambientación sea perfecta, sin embargo, ha querido que el foco este centrado en los personajes, tanto principales como secundarios están reflejados de forma que les da autenticidad, con unas personalidades diferentes en cada uno, roles establecidos que los hacen mucho más atractivos. No obstante, quienes han destacado verdaderamente han sido los dos protagonistas, Nathan y Mónica son dos personas obligadas por un compromiso hecho hace mucho tiempo, una promesa realizada por los padres de ambos y que, después de más de una década, no han sido capaces de llevar a cabo. Ahora el vizconde necesita romper dicha promesa para verse librado de una obligación que nada tiene que ver con lo que desea y para ello viajará hasta Wildshire para convencer a su prometida de que lo que ambos necesitan es aliarse para enfrentar a la tía de esta, la cual tiene en sus manos el poder de destruir la reputación de él. Así, estamos ante un hombre que cree estar haciendo lo correcto, pero sus ansias de llevar a cabo esos deseos de antaño le traerán consecuencias inesperadas, tanto es así, que su viaje lo pondrá frente a la única mujer que parece hacerle cara, una belleza pelirroja que enaltecerá sus sentidos y lo arrastrará a una pasión demasiado peligrosa. Mónica, por su parte, es una joven que ha tenido que sobrevivir a la adversidad, se puso al frente de la familia cuando su progenitor murió y echó sobre sus hombros una carga demasiado pesada que a veces resulta totalmente insoportable, sin embargo, no descansará hasta ver como sus hermanos tienen la vida que merecen y para ello no dudará en arriesgarse, incluso poniendo en entredicho su reputación a través de negocios no demasiado ortodoxos para una dama. Una pareja que hará que salten chispas con cada encuentro compartido, sentirán que las emociones que hay entre ellos son intensas, pero dejarse arrastrar por ellas sería rendirse a un destino ya establecido, algo que ninguno de los dos parece querer. Un romance que se irá fraguando poco a poco, sus sentimientos aflorarán cuando vayan conociéndose y descubriendo que son muy parecidos, ambos fieles a sus familias, capaces de todo por los suyos y con mucho miedo a confiar en alguien que podría romperles el corazón. En cuanto a los secundarios, aquí volvemos a disfrutar de la familia Craven, seguiremos conociendo la vida de Leonard y Casandra, pero también disfrutaremos de las nuevas incorporaciones, pues las hermanas Blackmoore tienen mucho que decir y han resultado ser un aliciente estupendo para continuar con la historia, además, Rebeca y Minerva serán protagonistas en próximas novelas y seguro que nos deleitaran en ellas tanto como nos han hecho disfrutar aquí. En definitiva, una novela preciosa donde Mónica y Nathan han tenido un romance lleno de pasión y entrega, con sentimientos profundos que se cocerán lentamente y, como no podía ser de otra forma, esas típicas pullas entre los protagonistas que tanto nos gustan, sin lugar a dudas una obra a la altura de las que ya he leído de la autora y que me han hecho ponerla entre mis autoras favoritas.
Cada vez que te olvido de Noa Alférez es la continuación perfecta de esta trilogía centrada en los hermanos Craven, una lectura adictiva que sumerge al lector en un romance cuyo comienzo será complicado, pues ninguno de los dos desea el matrimonio que fue arreglado tanto tiempo atrás, sin embargo, la complicidad y unos sentimientos que no tardarán en aparecer les dará la oportunidad de vivir una pasión intensa donde lo único importante es aquello que hay en sus corazones.
Gracias a Selecta por el ejemplar ·
Hola ^^
ResponderEliminarno he leído esta saga y he pasado un poco de puntillas por tu reseña para cuando la lea no ir con ideas preconcebidas, eso si me la guardo para comparar opiniones cuando tenga la mia propia
Un abrazo!
¡Hola! Qué alegría ver que la autora consigue mantener el mismo interés en la segunda parte que en la primera, muchas veces las trilogías tienden a ir decayendo entrega a entrega. ¡Muchas gracias por tu reseña!
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
Gracias por la reseña. Tomó nota. Te mando un beso.
ResponderEliminarGreat blog
ResponderEliminarNo conocía este libro. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarTe invito a pasar por mi blog. Buen fin de semana!
¡Hola! Yo no he leído el primero y por ahora no tengo pensado animarme con la trilogía ya que sigo empeñada en ir bajando mi pila de pendientes y comprar solamente libros que me llamen muchísimo. Un besote :)
ResponderEliminarHola :)
ResponderEliminarSin duda, me lo llevo apuntado para el futuro porque su argumento me ha encantado.
Besos
No me animo pero como siempre, tomo buena nota para recomendar, que pinta bien esta saga.
ResponderEliminarBesotes!!!
hola
ResponderEliminarno me llama mucho la atención, pero no lo voy a descartar por si al final me animo
Gracias por la reseña
Besotesssssssssssss