Reseña | En busca de Perséfone, Sarah M. Eden

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Libros de Seda · 9 Mayo 2022 · Histórico · 1º Los Lancaster

• Nota de la editorial •

AUNQUE ES EL PRIMERO DE UNA SERIE PUEDE LEERSE DE FORMA INDEPENDIENTE

UNA JOVEN BELLA Y POBRE Y UN NOBLE ARISCO Y RICO. UNA HISTORIA QUE RECUERDA A LA BELLA Y LA BESTIA AMBIENTADA EN LA REGENCIA QUE HARÁ LAS DELICIAS DE LAS LECTORAS MÁS ROMÁNTICAS.

Perséfone Lancaster recibe una propuesta de matrimonio del duque de Kielder, un hombre con fama de tener mal genio y ser arisco, así que la rechaza. Sin embargo, la delicada situación financiera de su familia hace que reconsidere su decisión, pues ese matrimonio les salvaría de la ruina. Así que acepta.

Al llegar al castillo del duque, un edificio frío y oscuro como su propietario, rodeado de un bosque tenebroso plagado de lobos, descubre que el hombre tiene la mitad de la cara desfigurada. Y que no solo tiene cicatrices en la cara, sino en el alma. No obstante, ella espera, con su amabilidad y su encanto, romper la coraza con la que el duque protege su corazón. Pero, una y otra vez, recibe rechazos y desaires. Sin embargo, cuando un grave peligro la acecha, el duque se dará cuenta de que, si no admite que la ama, la perderá y, en realidad, ya no puede vivir sin ella. ¿Lo hará?

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Querido lector, tengo el enorme placer de presentarte al primer integrante de Los Lancaster, serie escrita por la autora Sarah M. Eden que está compuesta por varias novelas que podremos leer de forma independiente ya que cada una de las obras que la componen tendrá como protagonista a uno de los hijos Lancaster junto a su amado o amada, según el caso. En esta ocasión será el turno de la hija mayor, Perséfone, una joven que tendrá que traspasar el frío corazón de Adam Boyce por lo que si queréis conocer su historia solo tenéis que dejaros seducir por la obra En busca de Perséfone, toda una delicia de lectura que me ha atrapado con la bella y tierna historia que encierra entre sus páginas.

Adam Boyce, duque de Kielder, lleva toda su vida recluido entre las paredes del castillo de Falstone, nunca ha tenido la necesidad de mezclarse con la alta sociedad pues sabe de sobra que todos hablan a sus espaldas después de haberlo visto ya que el tema que más les interesa son las feas cicatrices que surcan el lado derecho de su rostro. Esto ha condicionado su carácter, los odia y no quiere ver a nadie, solo su amigo Harry Windover lo tolera pues su genio es el del mismo diablo y todos le temen ya sea por su título o su apariencia. A día de hoy aún se pregunta porque Harry permanece a su lado a pesar de que se pase todos los días metiéndose con él y echándolo de sus propiedades. La amistad que surgió siendo niños sigue presente y gracias a eso no ha perdido la razón. No obstante, su vida se va a ver alterada cuando descubra que un primo, al que considera nulo para todo, podría ser el futuro heredero, algo por lo que no está dispuesto a pasar, antes es capaz de destruir sus propiedades que ponerlas en sus manos, por lo que tendrá que pensar en una solución si no quiere que el ducado de Kielder se eche a perder. Así pues, solo tendrá una salida a este problema, deberá casarse pronto para dejar un heredero digno del título, una idea desesperada pues hace tiempo se juró estar solo ya que no quiere una esposa que le tema y lo mire con lástima, una situación que de ocurrir desataría su locura. De este modo, hallará una joven cuya familia no tenga muchos ingresos y no pueda rechazarlo cuando le ofrezca una considerable suma que pueda salvar a los suyos, por lo que la elegida será la mayor de los Lancaster, una familia sin recursos que muy pronto verán como su futuro cambia radicalmente.

Perséfone Lancaster tuvo que hacerse cargo de su familia cuando su madre murió al dar a luz a su hermana Artemisa. Siendo aún una niña se ocupó de sus hermanos como si fueran sus hijos y, aunque tenían a su padre, éste se perdía constantemente en sus pensamientos y estudios por lo que Atenea, Evander, Linus, Dafne y Artemisa eran su responsabilidad. Por esto mismo y por su precaria situación económica nunca ha tenido esperanzas de contraer matrimonio y formar su propia familia, por lo que la repentina propuesta del duque de Kielder la pillara desprevenida, no entiende como alguien que ni la conoce puede querer casarse con ella, no obstante, por el bien de su familia accederá a casarse con él. La sorpresa será aún mayor cuando el día de la boda sea un joven caballero el que la espera en el altar y no un viejo decrépito tal y como ella esperaba. Asimismo, desde ese instante algo la intrigará de su ya esposo, tiene la necesidad de saber que le ocurrió en el rostro y porqué siempre le rehúye la mirada ya que pronto descubrirá que ni una sola vez ha posado sus ojos en ella, un hecho que la entristece y le hace amor el cariño de su familia. Así, día tras día lo irá conociendo mejor y, aunque habrá avances en su relación, también existirán ocasiones donde Adam huya de su cercanía confundiéndola más y más, pues un momento cree que pueden llegar a ser amigos, pero al siguiente siente que lo molesta con solo su presencia.

De esta forma, Perséfone se verá rodeada de frialdad tanto por su esposo como por el castillo, un lugar oscuro donde nunca reciben visitas. Igualmente, el bosque que rodea al castillo es oscuro y encierra muchos peligros, una manada de lobos anda cerca de los muros de la propiedad y todas las noches la asustan con sus aullidos, obligándola a refugiarse noche tras noche en el dormitorio de Adam, aunque éste lo desconozca, o eso cree Perséfone pues la presencia de la joven no pasará desapercibida por su esposo, una situación tierna que irá ablandando el duro corazón del duque. Así, entre esos momentos y otros que les tocará vivir, Adam irá descubriendo que cada vez se le hace más difícil apartarla de su lado, ya no quiere que ella se vaya y lo que su corazón está experimentando lo descoloca y hace que todo se escape de su control por lo que recurrirá a la frialdad una vez más para que no vea su debilidad ya que piensa que en el fondo Perséfone le tiene pena tal y como todos los que han pasado por su vida. Sin embargo, Perséfone es distinta y, aunque a veces los desaires de Adam le duelen, siente que hay algo más en él por lo que las risas que conseguirá sacarle y los momentos tiernos que compartirán harán que la joven sienta un cálido sentimiento en su interior por él, algo que la emociona, pero también la asusta pues lo último que desea es vivir un amor unilateral y no correspondido. Solo cuando las cosas se compliquen y sus vidas corran peligro descubrirán lo que realmente anida en sus corazones, un sentimiento puro que arrasará con toda la oscuridad que habita en ellos.

Sarah M. Eden nos trae la primera entrega de la serie Los Lancaster, la cual puede leerse de forma independiente ya que la historia de Perséfone y Adam tendrá un principio y un final que ha sabido llegar hasta mi corazón, un romance nada precipitado sino que ha ido formándose con el tiempo y con cada encuentro de estos jóvenes amantes, con un amor que ha tenido que padecer difíciles situaciones, pero que llegado el momento encontrará dulces recompensas que los unirá definitivamente. Con una pluma ágil, fresca y adictiva gracias a diversos toques de humor conoceremos de primera mano una versión de Regencia del clásico La bella y la bestia, roles que asumirán nuestros protagonistas y que han sabido defender a la perfección. Por un lado, conoceremos al duque de Kielder, Adam, un joven caballero que ha pasado toda su vida encerrado en su castillo ya que no soporta que la gente lo mire con lástima debido a las cicatrices que surcan la mitad de su rostro. A raíz de esto, su carácter también se vio afectado y casi siempre está del mal humor, todos le temen y su reputación le precede, no ha habido nadie que se acerque a él por voluntad propia, por lo que ha preferido la soledad a relacionarse en sociedad. No obstante, cuando se vea obligado a contraer matrimonio, su futura esposa será todo lo contrario a lo que esperaba. Perséfone, procedente de una familia humilde, intentará por todos los medios ser una digna duquesa, las cosas no las tendrá fáciles, pero de lo que está segura es de que Adam no le infunde miedo, quiere acercarse a él, aunque no sabe como por lo que día tras día sacara valor para hablar con él y hacerlo sonreír es su mayor meta. Sin embargo, no dejar las cosas claras entre ambos los llevará a equivocaciones que pueden separarlos, pero no estarán solos ya que contarán con la ayuda de terceras personas que creen firmemente en su amor. Una de ellas será Harry, un secundario que se hace querer con su sola presencia, el amigo incondicional de Adam que con sus bromas y sus ironías sabrá que tecla tocar para que el duque abra los ojos a la realidad que le rodea. También será de gran apoyo para Perséfone, gracias a él la joven descubrirá hechos del pasado de su marido que la harán entenderlo mejor. Asimismo, conoceremos a los Lancaster, un grupo que apunta maneras para sus futuras historias, pero quienes antes deberán crecer para poder contárnoslas, una familia muy unida que tendrán que soportar pérdidas, pero quienes acabarán por encontrar un poco de paz, sin duda ya tengo ganas de saber que nos tiene preparados la autora para ellos por lo que estoy deseando leer La dama y el plebeyo, segunda entrega que se centrará en la historia de Atenea, la hermana de Perséfone y siguiente en la escala familiar, con Harry, el mejor amigo de Adam, una pareja con muy poco en común, pero que sin duda tendrán mucho que decir.

En busca de Perséfone de Sarah M. Eden es un mágico romance donde dos almas necesitadas de amor unirán sus vidas para toda la eternidad, aunque antes de alcanzar la felicidad ambos deberán sincerarse consigo mismos para descubrir sus verdaderos sentimientos, una pareja que no ha tenido una vida fácil, pero cuya unión será su salvación.

· Gracias a Libros de Seda por el ejemplar ·