¿Cómo he podido tardar tanto en leer estas novelas? Esa es la pregunta que me hago ahora que, por fin, estoy disfrutando de la saga de la que tanto hablan los lectores apasionados del romance histórico, una serie que ya con este primer libro me ha atrapado a sus páginas sin darme tregua a recuperarme de esa amalgama de emociones que ha resultado la relación entre Andrew y Marian. Os hablo de Te odio con todo mi amor de Noa Alférez, una autora que ya me había ganado con otras lecturas, pero que ahora me ha demostrado que desde sus inicios era esa escritora que sabe darnos lo que anhelamos y pedimos en este tipo de historias. Aquí, empezamos a descubrir a Los Greenwood, primera entrega de su serie homónima que me ha conquistado y donde conoceremos al recto y perfecto conde de Hardwick y a la rebelde y obstinada Marian, una pareja que no podría ser más diferente, o eso es lo que ellos piensan, ya que la pasión desinhibida y los sentimientos irrefrenables que ambos sienten son mucho más fuertes que esa animadversión que se empeñan en demostrar a todo el mundo. Una lucha encarnizada de voluntades para ver quién es el último en rendirse a un amor que ya resulta totalmente inevitable para ambos.
Marian Miller quedó huérfana siendo muy pequeña y desde entonces ha tenido que ver cómo su vida era regida por un hombre despreciable, su tío Joshua solo ha sabido menguar la fortuna familiar en las mesas de juego perdiendo miles de libras y haciendo que la situación de la joven sea cada vez más precaria, su sobrina es sólo un medio para conseguir dinero fácil y no le interesa saber que la muchacha ha tenido que verse sola y únicamente arropada por sus vecinos, Los Greenwood. Ellos han sido lo más parecido a una familia que ha tenido desde niña, su refugio en los malos momentos y con quienes ha compartido las pocas alegrías que ha tenido en todos estos años, Richard, Caroline y Crystal la adoran y siempre la han secundado en sus travesuras, únicamente Andrew, el perfecto conde de Hardwick se empeña en señalarle todos sus defectos y recriminarle su personalidad abierta y obstinada. Para él, ella es una cabezota, irreverente y está totalmente fuera de control, su opinión es que debe comportarse como una dama y reprimir todos sus impulsos, algo que Marian no desea hacer, pues no quiere parecerse a un hombre que es demasiado frío y estricto con todos, un dechado de virtudes al que no soporta y con el que está continuamente enfrentada, un odio público que difiere mucho de lo que este le provoca en realidad, pues cuando está cerca de Andrew siente como su sangre se calienta y un fuego abrasador amenaza con traspasar unas barreras que ha tenido mucho cuidado en construir.
Andrew Greenwood es el todopoderoso conde de Hardwick, un hombre que vio cómo debía asumir las responsabilidades del título y de la familia demasiado pronto, algo que lo ha hecho ser una persona estricta, recta en su comportamiento, perfecto a ojos de todos y con una coraza que le impide dar rienda suelta a sus impulsos, pues dejarse llevar por ellos supondría desviarse de un camino que ha trazado meticulosamente. Cómo adalid de la rectitud no soporta que aquellos que están cerca de él no sigan estas premisas, por lo que Marian Miller es su peor pesadilla, una joven que no tiene nada de tranquila y apocada, ella es rebelde, intensa, apasionada e incontrolable, su apodo de Demonio Miller le va como un guante, sus travesuras siempre han sido un quebradero de cabeza y, aunque su familia la adora, él preferiría que se mantuviera lejos de Greenwood Hall. No obstante, la muchacha no está por la labor de alejarse de su persona, es más, disfruta llevándole la contraria continuamente, sus discusiones son épicas en la mansión y ya no hay quien no conozca la animadversión que sienten el uno por el otro, sin embargo, no todo es tal y como el resto del mundo cree, a Andrew cada vez le cuesta más esconder esos sentimientos irrefrenables que ella despierta en su interior, un deseo primitivo que lo ha puesto más de una vez al límite, ella es todo lo contrario de lo que busca en una mujer, por lo que nunca va a doblegarse a esa pasión que ha nacido para atormentarlo en sus sueños más secretos.
Dos enemigos declarados que verán como la pasión que ambos sienten comenzará a descontrolarse con cada enfrentamiento, ellos no se creen capaces de contener por más tiempo lo que sienten, pero los dos tienen razones para no desear una futura relación juntos, Andrew porque no busca una mujer que lo haga experimentar el deseo en estado puro y arrastrarlo por un río de emociones que rompería su fachada de respetabilidad y rectitud y, Marian, porque rendirse a ese amor que ya siente por el conde la dejaría desprotegida frente a la decepción y la perdida que está segura acabaría sintiendo. Ellos no se creen compatibles ni la mejor elección para el otro, sin embargo, tienen más en común de lo que creen, no pueden dejar atrás los sentimientos que hace ya tiempo nacieron entre ambos, aunque harán todo lo posible por esquivarlos, pero el destino está escrito y acabará por alcanzarlos, haciéndoles sucumbir a la atracción y propiciando una unión complicada. Un romance lleno de altibajos, celos, reconciliaciones, una pasión que no pueden negar, malentendidos que tendrán que solucionar y un secreto que Marian y Andrew se empeñan en guardar y que podría suponer la liberación de sus almas, el principio de una felicidad que tendrán que proteger cuando el enemigo los aceche y las malas lenguas decidan hacerlos blanco de rumores malintencionados.
Noa Alférez se ha convertido en una de mis escritoras de cabecera, no sé cómo he podido tardar tanto tiempo en leer su serie Los Greenwood, pero ahora que he comenzado no pararé hasta descubrir todos los secretos que esconde tan excepcional familia. Nuevamente me he encontrado con una prosa cuidada, elegante y repleta de detalles que nos lleva de la mano a disfrutar de esta novela, que, a pesar de tener una extensión bastante respetable, no se hace pesada en ningún momento y viene acompañada de un ritmo ágil que invita a disfrutar de su lectura. Una obra cuya ambientación te envuelve de manera magistral y transporta al lector a una época donde la aristocracia brillaba en sus bailes y sus fiestas, algo que la autora sabe hacernos ver, aunque también es una sociedad donde las mujeres parecen no ser importantes y están privadas de voz en cuanto a decidir sobre su futuro, algo que Marian se niega a acatar, por lo que luchará y se alzará frente a quienes la menosprecian, y si eso supone enfrentarse a alguien como el conde de Hardwick no dudará en hacerlo. Este entorno que nos pinta Noa es perfecto para imaginarnos todo lo que rodea a los personajes de la obra, tanto principales como secundarios han destacado por su perfecta construcción, realistas y con detalles especiales que los individualiza y nos da una mejor imagen de cada uno de ellos. Los más destacables, como no podía ser de otra manera, han sido Andrew y Marian, el conde se presenta como un hombre recto e intachable, no deja que sus deseos o sus instintos sean quienes manejen su existencia, la coraza que ha construido a su alrededor lo han hecho alguien frío y carente de pasiones, aunque todas y cada una de ellas están reprimidas y podrían salir a la luz cuando menos lo espere, pues Marian es la cerilla que podría prenderlas dándole una visión de la vida mucho más libre y apasionada que le permita sentir por primera vez en mucho tiempo. La joven, por su parte, es rebelde, obstinada e irrefrenable, ella se deja guiar por sus pasiones, la perdida de sus padres le ha enseñado que debe vivir intensamente, aunque Andrew la deteste por su manera de ser no puede fingir lo que no es, por ello, ella no se cree adecuada para el conde y guarda en silencio sus sentimientos, enmascarándolos de odio hacia él. Una pareja con una química explosiva que pasará de enemigos a amantes, pues no podrán evitar dejarse arrastrar por sus deseos y acabar sucumbiendo a ellos, sin darse cuenta en el proceso de que son más profundos que una simple atracción, ya que un amor inmenso nacerá para hacerlos darse cuenta al fin de lo que realmente quieren. Sin duda un dúo excepcional que nos deleita con enfrentamientos verbales de lo más apoteósicos y con momentos donde la lujuria los hará enloquecer hasta límites insospechados. En cuanto a los secundarios, se componen principalmente del resto de la familia Greenwood, los hermanos de nuestro protagonista han venido para quedarse y ya van dando muestras de esas personalidades tan fascinantes que terminaremos de descubrir en los siguientes libros, sin embargo, no serán los únicos, disfrutaremos de otros, todos muy interesantes, que también serán claves en la obra y que os invito a descubrir con su lectura. En conclusión, una novela maravillosa que me ha dejado con ganas de más, conocer a esta familia me ha abierto un mundo lleno de amor, pasión y romances inolvidables, totalmente imprescindibles para los amantes del género y para aquellos que quieran historias de esas que perduran en el corazón.
Te odio con todo mi amor de Noa Alférez, primera entrega de la serie Los Greenwood, es el mejor ejemplo de una historia contada primorosamente y que nos lleva a disfrutar de un romance donde dos personas, aparentemente enemigos acérrimos, compartirán una atracción desmedida que desembocará en una pasión con la que ninguno de los dos sabrá lidiar, pues las emociones son cada día son más intensas y, Andrew y Marian verán como ese deseo que los envuelve puede ser la mayor de las dichas si vencen sus miedos y logran aferrarse a un amor en ciernes, donde los sentimientos no tardarán en desbordarse y llevarlos a disfrutar de todo aquello que creían imposible.
Gracias a Selecta por el ejemplar ·
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